domingo, 1 de septiembre de 2013

Niños y adolescentes con Dificultades de Aprendizaje.



 ¿Cuáles son los motivos de consulta más frecuentes?

Los motivos de consulta pueden ser diversos, por lo general cuando existen T.A. (trastornos de aprendizaje) aparecen algunos de los síntomas:

-Dificultad para entender y seguir las tareas e instrucciones.
-Dificultad para recordar las consignas.
-Agresión.
-Inhibición.
-Bajo rendimiento en sus notas.
-Dificultades para adquirir la lecto-escritura.
-Problemas en los cálculos.
-Falta de atención.
-Realización de tareas incompletas.
-Aislamiento del grupo de pares.
-Problemas para aceptar límites.
-Desgano, apatía, angustia ante determinadas situaciones.
-Bajo nivel de autoestima.
-Falta de habilidades sociales.
-Falta de hábitos, métodos y estrategias de estudio.

La Psicopedagogía estudia los procesos psicológicos, didácticos y pedagógicos que permiten APRENDER.  Posibilitando ESTRATEGIAS, MÉTODOS  y  RECURSOS para trabajar las dificultades que obstaculicen el aprendizaje. Permitiendo desarrollar las POTENCIALIDADES cognitivas, afectivas y sociales propias de cada persona en función de su etapa evolutiva desde la niñéz hasta la tercera edad.

Dentro del espacio Psicopedagógico, durante las sesiones,  la tarea en primer lugar será psicodiagnóstica donde se realizarán la toma de test y técnicas que nos permiten entender qué estrategias y metodologías se están aplicando en los procesos de aprendizaje, es decir, como aprende el niño a nivel pedagógico, cognitivo, madurativo y emocional.

En función del informe diagnóstico, en una segunda etapa, se realizarán una serie de intervenciones, lo que denominamos “Tratamiento” a fin de optimizar los niveles de aprendizaje.

Ninguna persona aprende igual a otra, debido a que cada estructura de pensamiento es única y se desarrollará en función múltiples variables.

Es importante tener en cuenta que la Psicopedagogía no sólo trabaja para poder superar un problema de aprendizaje, sino para que el niño adquiera  herramientas cognitivo-afectivas que le permitan nuevas formas de organización y categorización de sus espacios en relación al saber.


Realizar una consulta preventiva a tiempo, puede favorecer el desarrollo de futuros aprendizajes. No olvidemos que “…si se quieren obtener  resultados diferentes, tenemos que realizar cosas diferentes…”.

La Independencia del Niño




Conforme el niño vaya creciendo, irá tratando de independizarse cada vez más de su madre hasta llegar a ser una persona totalmente autónoma.

A lo largo de este proceso, los padres tenemos la obligación de ayudar a nuestro hijo a que lo haga, y no sentirnos mal queridos, ni pensar que nuestro hijo no es agradecido. Además es importante que con nuestro apoyo, seamos capaces de darle la suficiente seguridad y autoestima al niño, para que al crecer sea equilibrado y sepa tomar las mejores decisiones por sí mismo.

Los primeros pasos de esta búsqueda de libertad se manifestarán por ejemplo, cuando tu hijo quiera escoger su ropa para una ocasión especial, o incluso decidir cuál deporte va a practicar en la escuela. A esta etapa se le conoce como rompimiento del cordón umbilical.

En el momento en que esto empieza a suceder lo ideal es buscar un término medio, al menos mientras el niño adquiere mayor madurez. La sobreprotección es perjudicial desde todo punto de vista, pues genera dependencias insanas y conflictos.

Los conflictos sobrevienen cuando el niño siente que se meten demasiado en su vida y que ese deseo de independencia que él tiene no es respetado. Así, buscará obtenerla con rebeldía y se sentirá abusado emocionalmente.

Además, cuando el niño que ha sido sobreprotegido crece y llega a ser adulto, es muy probable que sea muy inseguro, que no pueda tomar decisiones por sí mismo, y que la dependencia que tenía con sus padres la transfiera a otra persona como su pareja.

Ahora, los excesos no son buenos y la libertad extrema tampoco ayudará a nuestro hijo. En este caso, lo que se provoca es una persona insatisfecha con las reglas que le impone la sociedad, incapaz de seguir órdenes y mantener un trabajo estable.

 Así las cosas, lo mejor es lograr un desprendimiento gradual, con límites y disciplina, pero con respeto a la individualidad del niño, pues hay que tener en cuenta que aunque hayan salido de nuestro vientre, y se parezcan a su papá, o tenga nuestros ojos es una persona totalmente diferente con sus propias necesidades y perspectivas.

Para lograr mantener el equilibrio, y permitirle a la vez a tu hijo ir adquiriendo su independencia, puedes empezar, en los años preescolares, alentándolo a vestirse solo y a que escoja su propia ropa. También a ponerse los zapatos y saber amarrarlos. 

Conforme los años pasen, puedes permitirle que escoja su almuerzo o su merienda, guardando criterios de nutrición, para lo cual le puedes dar varias opciones. También puedes dejarlo que elija sus amistades, sus horas de estudio, y cosas por el estilo.


La táctica es involucrarlo en todo aquello que tenga que ver con su desarrollo, incluirlo en las discusiones de familia, elegir formas de pasar las vacaciones juntos, o el lugar dónde vayan a ir, y dejarlo que escoja la película que van a alquilar de vez en cuando, de esta manera, poco a poco irá construyendo su propia personalidad.

recordando... cual fue mi experiencia personal?actualmente cual es la experiencia con mis hijos? 

Los celos ante la llegada de un nuevo integrante en la familia



La llegada de un nuevo bebé al hogar es un motivo de placer y alegría que va a suponer muchos cambios en la organización familiar en general. Nuevos horarios, nuevas rutinas, cambios en los tiempos que se dedican a cada una de las tareas…. Aunque positivo, este estrés, queda paliado por el cariño que los miembros de la familia sienten por el pequeño al que esperaban desde hace tiempo. Pero, ¿todos los miembros lo esperaban? Tal vez el rey de la casa, su hermano, no sienta tanta ilusión ante su llegada...

Evidentemente, los celos y las envidias del primogénito son los principales motivos de preocupación de los padres ante la llegada de un nuevo bebé. En cierto modo, puede considerarse normal que un niño muestre celos ante la llegada del nuevo hermanito. Este acontecimiento puede traer consigo cambios en su comportamiento, que generalmente son temporales y tienen un origen localizado. Por ejemplo, puede mostrarse más desobediente que de costumbre, negarse a separarse de sus padres (especialmente de la madre) oponiéndose a ir a la escuela o a otros lugares donde sus padres no vayan con él y se queden con su hermano, o buscar atención y cariños de forma más acentuada (por ejemplo llorando más a menudo). Si no se otorga excesiva importancia a este tipo de comportamientos y se manejan de una manera adecuada, acabarán desapareciendo progresivamente de forma espontánea.

Por ello, es importante que, como reacción emocional normal que es, tengas en cuenta que en ningún caso hay que patologizar este tipo de reacciones en los más pequeños. Los celos ante la llegada de su nuevo hermano le ayudarán a aceptar más fácilmente la intromisión del pequeño nuevo miembro de la familia. En este sentido es importante que en ningún caso castigar los celos del pequeño y las conductas asociadas. Cuando estas aparezcan debemos extinguirlas (ignorándolas en la medida de lo posible) y reforzar o premiar aquellas conductas deseables (por ejemplo hablar bien de su hermanito, cuidarle, no enfadarse si tiene que pasar tiempo con él, etc.)

MI FAMILIA, MI REFUGIO!

... alguna experiencia para compartir?